domingo, 8 de mayo de 2011

Leit motiv

Leit Motiv…
                                                                                                               “a todos los perinquiets del mundo”

“Un rato está bien, pero no te acostumbres”.
Odiaba esa frase, la hacía sentir minúscula y molesta, como un pequeño insecto que se agarra a la piel.
Y lo cierto es que era algo parecido, se había convertido en una fastidiosa e inoportuna “ocupa” de un objeto demasiado personal. Pero no paró. Siguió y siguió, y con el paso de las semanas la posesión de él se había transformado en algo también de ella.
Hoja en blanco, posibilidades eternas. Letras y letras navegando sin rumbo. O, mejor dicho, con un rumbo que iba definiéndose gracias a la ilusión y las ganas de cambiar las cosas.
Los años de experiencia de él y la ansiosa juventud de ella se conjugaban a un tiempo. Un mismo compás que, junto con sus compañeros (de trabajo y de delirios) construía poco a poco un pentagrama perfecto. La armonía en el pensar, el ritmo en el soñar y la melodía de hacer algo bien hecho, sonaron juntos en la esfera de lo cotidiano.
Y entonces un día el ordenador ya fue de todos. Y estuvo al servicio de las quimeras de aquel grupo de poetas que nunca morirían.

                                                                                                                       La Duchesa della Ingestta

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