domingo, 13 de marzo de 2011

CUENTO DE HADAS


Había una vez, en un reino no tan lejano, una monarquía que hacía aguas por todas partes. El deshielo había dejado que se derritieran los pilares fundamentales de aquello que un día instauraron y llamaron Democracia.
Pero el pueblo, sabio y curtido por los fríos inviernos con aroma a Brennivín, decidió unirse y luchar por aquello que muchos damos por perdido.
De una manera ejemplar, sin batallas, ni armaduras, ni corsarios, flanquearon la fortaleza manchada de corrupción y le colgaron el cartel de “propiedad de la comunidad”. La limpiaron “limpiamente”. Jugaron a poner en práctica algo que habían oído llamado “referéndum” y ganaron la partida.
El rey ya no era rey, y sus vasallos ahora decidían sus destinos.Ni una gota del color del sufrimiento, ni un grito de dolor, ni un gesto con forma de represalia. Todo fue demasiado bien. Quizá por eso ni los periódicos ni las televisiones nos hablaron de ello. Quizá por eso Islandia dio una lección al mundo.

 Rebeca Valor




1 comentario:

  1. Qué buena! Me ha gustado mucho, fondo y forma. Sólo discrepo en por qué los medios no hablaron de ello. A ver si vamos a coger ejemplo y corre el (pacífico) polvorín como en el mundo árabe...

    Almu.

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